MEDALLO CITY, TIERRA DE PAISAS.
“La vida es bella”.
Cuando llegamos a Medellín
nuestras expectativas eran muy altas, pues todo mundo te menciona que te la vas
a pasar muy bien en esta ciudad. A mí en lo personal me costó algo de tiempo
acostumbrarme a esta ciudad, de entrada me sorprendió lo grande que es, pues yo
venía acostumbrado a ciudades más pequeñas en Centroamérica, pero Medellín es
la segunda ciudad en importancia en Colombia y fue hasta que estuvimos acá que
pudimos entender por qué.
Medellín es un lugar donde el
crecimiento urbano se dio sobre la montaña, pero donde la arquitectura combina
mucho el contraste del verde de la naturaleza con construcciones de color naranja
rojizo de ladrillo, de lo cual resulta un estilo muy peculiar de esta ciudad.
Una vuelta en el moderno metro de la ciudad te permite ver ese paisaje urbano,
nosotros desde el día que llegamos tuvimos que tomar metro, así que en algún
punto ya dominábamos el sistema metro para movernos a donde tuviéramos que ir,
pero algo que nos sorprendió de grata manera fue el metro cable que es como un
teleférico que funge como transporte público y que te lleva a comunidades que
están en lo alto de la montaña. Nosotros tomamos el metro cable tres veces en
nuestra estadía en Medellín, primero tomamos el de la Aurora, el cual resulto
un paseo bastante agradable y donde me sorprendió mucho ver que en los techos
de las casas la gente hacía arte urbano; posteriormente fuimos dos veces al
metro cable de la línea K que va a Santo Domingo, una durante el día y otra
para ver la ciudad de noche.
Esta ciudad
también cuenta con vías para bicicletas muy bien definidas por toda la ciudad.
Pero para nosotros la manera de
recorrerlo era en metro y caminando sin rumbo para ir encontrando parques de
todos los estilos, unos con esculturas muy impresionantes como las del Parque
Botero, o las del Parque San Antonio,
donde hay unas esculturas de botero y un pájaro que lo voló una bomba y junto a
él se hizo una réplica; también fui al parque Lleras, al de la Luz, al complejo
deportivo junto al estadio entre muchos otros.
En Medellín estuvimos las dos primeras noches en casa de
nuestro amigo Mauricio, cerca de la Estación de metro Estadio y luego nos
establecimos en un hostal bastante agradable también sobre la misma zona, el Wandering Paisa, donde pudimos conocer
gente de distintas partes del mundo y con quien pudimos hacer amistad con más
de alguno, gente de Irlanda, Estados Unidos, colombianos, un par de amigas rolas
(de Bogotá), una pareja de chilenos, alemanes, etc; una experiencia interesante
fue el comenzar a dar clases de español a mi amigo irlandés y mi amiga
americana, pues fue algo que disfrute y
que espero hacer cada que pueda durante el viaje.
Como toda ciudad grande, Medellín
vive en un ritmo de vida bastante acelerado, pero lo bueno es que aquí hay una
gran variedad de lugares que te permiten encontrar esos momentos de soledad los
cuales son muy valiosos para olvidarse un poco de lo que es vivir en una
ciudad, para relajarse, a mí me sucedió cuando subí a los miradores del metro
cable y también en un parque donde veía como llegaba la gente a pasear a sus
perros y los soltaba y donde todo era tan tranquilo que ni parecía que estabas
en la segunda ciudad más grande de Colombia.
Colombia es un lugar donde cada
día puedes vivir algo diferente y donde todo puede pasar, para muestra lo que
me pasó un domingo cualquiera en Medellín, cuando yo salí del hostal a comprar
una gaseosa, me senté unos minutos en un parque y de pronto se me acercó un
joven con su camiseta roja, yo había visto a mucha gente que iba rumbo al
estadio con sus playeras rojas, así que le pregunte a ese joven que se llamaba
Héctor, él me dijo que jugaba e Independiente de Medellín, yo le pregunte por los equipos de Medellín,
el Atlético Nacional (el verde), y el Deportivo Independiente de Medellín (los
rojos). Héctor ya se tenía que ir al estadio porque ya estaba por comenzar el
juego pero dijo que me quería invitar algo de comer por que le había caído
bien, pero yo no tenía tanta hambre así que solamente me disparo una Pony Malta
(bebida muy común en Colombia), y después de platicar otro rato me invito a ver
mi primer juego de futbol en Sudamérica. El ambiente adentro del estadio era
impresionante con un estadio casi lleno donde toda la gente apoyaba con
cánticos, mi nuevo amigo me invito unas
cervezas dentro del estadio, una experiencia que no voy a olvidar y menos ahora
que soy un rojo más en Colombia, soy del Deportivo Independiente de Medellín,
el equipo del pueblo. El partido termino con una victoria para los rojos, así
que Héctor todavía me invito unas cervezas al salir del partido, en algún punto
mientras tomábamos se apareció la luna a lo lejos, Héctor menciono una frase
que fue perfecta para el momento “La vida es bella, Parcero” justamente eso estaba sintiendo yo en esos
momentos.
Finalmente la última noche que
estuvimos en Medellín logramos cuadrar con nuestro amigo Julián, a quien
habíamos conocido en el hostal de Panamá, y pudimos ir a tomarnos unas cervezas,
también se unieron otros amigos, Kevin, Whitney, Héctor, Luis y yo para salir a
dar una vuelta, en algún punto nos sentamos a beber en un parque cercano y en
eso llegó un grupo de música colombiana y comenzó a tocar, una experiencia muy
colombiana para salir de Medellín.
Medallo City como se le conoce es
la capital mundial de las motocicletas, donde en los semáforos es posible
encontrar más motos que automóviles; es una ciudad por demás linda e
interesante, luego la ciudad en si con una arquitectura muy
interesante; con cuestiones sociales muy modernas que yo nunca había visto, muy
organizada a pesar de la cantidad de personas que allí habitan y sobre todo un
lugar plagado de arte, donde el simple hecho de salir a las calles te hace
estar en contacto con expresiones artísticas muy colombianas.
Escrito por David
Herrera
24 de Octubre de 2015.












